Vitamina D, todo lo que deberías conocer

La vitamina D es una vitamina liposoluble, que actúa como una hormona.

Se encarga de regular el metabolismo mineral óseo favoreciendo la absorción del calcio y el fósforo en el intestino y su liberación desde los depósitos óseos a la sangre (mediante las llamadas “acciones clásicas”). También tiene funciones extraesqueléticas (“acciones no clásicas”) como la regulación de la secreción hormonal, la respuesta inmune, la proliferación y diferenciación de las células.

Hay un creciente interés en los últimos años por esta vitamina, ya que hasta un 80% de la población española mayor de 65 años tiene déficit. En cuanto a los menores, el déficit se estima en 40%.

Esta vitamina se forma en la piel gracias a la acción de la luz solar. En los alimentos la fuente es escasa y se encuentra principalmente en el pescado azul, los lácteos, hongos y la yema de huevo. La luz UV procedente del sol se absorberá de forma diferente dependiendo de la latitud y la época del año. Así, por ejemplo, en enero, el tiempo mínimo de exposición recomendado para obtener la dosis diaria de 1000 UI de vitamina D será de 130 minutos, mientras que, en abril son necesarios 11 minutos, en julio 7,1 y en octubre 31 minutos. Por otro lado, la ropa, el cristal, los pigmentos cutáneos (pieles oscuras) o los protectores solares van a interferir en la absorción de la luz en la piel, y, por tanto, afectar a la producción de vitamina D. Además, a mayor edad o mayor índice de masa corporal (IMC), mayor riesgo habrá de presentar déficit de vitamina D. Otros grupos de riesgo serían pacientes con cáncer, con problemas de malabsorción, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, pacientes con enfermedad hepática o renal, pacientes con enfermedades granulomatosas, o con tratamiento con anticomiciales, glucocorticoides, antifúngicos o retrovirales.

Algunas sociedades científicas como la Endocrine Society cifran en < 29 ng/ml los valores de insuficiencia de vitamina D y < 20 ng/ml de deficiencia. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), sugiere mantener concentraciones séricas entre 30 y 50 ng/ml.

La dosis recomendada de vitamina D en la población general < 60 años sería de 600 UI al día, mientras que en los mayores de 60 sería de 800 UI. Sin embargo, es imprescindible, que el tratamiento con vitamina D esté supervisado por un médico, ya que en ocasiones al tratarse de una “simple vitamina” hay personas que lo toman sin indicación, como un suplemento vitamínico, pudiendo dar lugar a una intoxicación. La vitamina D es liposoluble, con lo que se acumularía en el tejido graso y un exceso de ésta podría dar lugar a una intoxicación causada por hipercalcemia (elevación del calcio en la sangre). Y tal es así, que la propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) lanzó un aviso en marzo de este año, por hipercalcemia en recién nacidos, lactantes y adultos, asociados a la administración excesiva de esta vitamina.

En conclusión, se podría decir que actualmente existe una epidemia de déficit de vitamina D, principalmente en personas mayores de 65 años, para la que es necesaria la suplementación. Sin embargo, esta vitamina no es inocua, por lo que es necesaria una supervisión médica.

Fuentes:

Muñoz, A., Rubio, E. (2018). Vitamina D. Manual de uso en la práctica clínica. Madrid, España. Ed Entheos.

Recomendaciones de Vitamina D para la población general. Grupo de Trabajo de Osteoporosis y Metabolismo mineral de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

Serrano, M. A., Cañada, J., Moreno, J. C., y Gurrea, G. (2017). Solar ultraviolet doses and vitamin D in a northern mid- latitude. Science of the Total Enviroment, 574, 744-750.

Holick et al. (2011). Evaluation, treatment, and prevention of vitamin D deficiency: an Endocrine Society clinical practice guideline. The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism 96 (7), 1991-1930.